viernes, 7 de marzo de 2008

El Estado invirtió más de S/ 34 millones sólo para atención de desastres en Puno

De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), sólo en la región Puno del 2000 al primer trimestre del presente año, se presentaron mil 530 emergencias que dejaron 26 mil 572 familias damnificadas y más de 10 mil afectadas; además de un promedio de 100 muertos, 6 mil 482 viviendas destruidas y 21 mil 371 dañadas, así como un aproximado de 60 mil hectáreas de cultivos perdidos.
Conforme a los criterios de entrega de ayuda, cada familia damnificada recibe por intermedio de las direcciones regionales de Defensa Civil un estimado de 5 frazadas, 2 camas plegables, 2 colchones, 20 kilos de ropa usada, un balde, una cocina, gamelas, tazas, cucharas, calaminas y en ciertas ocasiones carpas y módulos prefabricados, que en dinero en efectivo asciende a los mil 200 soles.
Entre tanto una familia afectada recibe ayuda humanitaria que equivale a un aproximado de 270 soles. Sumados tanto los damnificados como los afectados en los últimos años en la región, a causa de una serie de fenómenos naturales y antrópicos, el Estado por intermedio del Indeci ha invertido en la atención de estas personas más de 34 millones 586 mil soles.
Según los especialistas en gestión de riesgos de desastres, el gobierno en vez de invertir tanto dinero en la atención de las personas afectadas, debe de darle mayor importancia a los temas de prevención (obras de mitigación) y a la par preparar a la población a través de simulacros y campañas de sensibilización, para que así puedan reaccionar adecuada y oportunamente frente a una emergencia o desastre como lo ocurrido en la región Ica el pasado 15 de agosto a causa de un terremoto.
Como nuestra del daño económico que ocasionan los desastres en el país, en la región Puno, en los últimos 35 años, a causa de 12 sequías y 10 inundaciones, se ha generado una pérdida de 325 millones de dólares, que bien pudieron ser utilizados para trabajos de prevención en los lugares más vulnerables.
Conforme a lo anunciado por el mandatario Alan García Pérez, el último martes en la ciudad de Pisco, la reconstrucción de los zonas destruidas por el terremoto (servicios básicos), le demandará un gastó al Estado de más de 220 millones de dólares, sin incluir la reparación económica a los deudos.
Sin duda el monto al que se refiere el presidente de la República, hasta el momento no ha superado lo registrado en los terremotos del 31 de mayo de 1970 (Ancash) y del 23 de junio del 2001(Arequipa, Moquegua y Tacna), donde se tuvo una pérdida económica, en cada uno de los desastres, de más de 500 millones de dólares que a la fecha no son recuperados en su totalidad.
A pesar que el altiplano todo el año está expuesto a una serie de peligros naturales, un 80 por ciento de las municipalidades no tienen un ambiente adecuado para el funcionamiento de sus oficinas de Defensa Civil.
Asimismo, carecen de Planes de Preparativos ante Emergencias, los miembros integrantes de los comités desconocen las normas vigentes del Sistema Nacional de Defensa Civil, es más, no cuentan con sus mapas de identificación de peligros, vulnerabilidades y riesgos. Muchos no saben utilizar las herramientas básicas de manejo de emergencias (fichas de Edan, Suma, Sat, Esfera, Sinpad, entre otras).
La única manera de mitigar los desastres ya sean causados por un terremoto u otro fenómeno natural, es reduciendo nuestras propias debilidades y comenzando a impulsar una verdadera gestión de riesgos de desastres.

Héctor Chambi Holguín

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