martes, 3 de marzo de 2009

Prevención desastrosa

Ha sido una noticia lamentable lo sucedido ayer en la mina de la localidad de Winchumayo, distrito de Ayapata, provincia de Carabaya, donde se registraron más de 10 muertos y una treintena de personas sepultadas por un deslizamiento.

Pero, es también una noticia lamentable el poco interés que le toman las autoridades a la prevención de desastres. Me atrevo a decir que este deslizamiento pudo haber sido provocado por la misma acción extractiva del mineral preciado, debido que las excavaciones y las posibles detonaciones, habrían debilitado el cerro ocasionando el lamentable desenlace. Éste es un tipo de peligro, se denomina como peligro socionatural, es decir cuando la mano del hombre influye sobre la naturaleza para que ésta reaccione y pueda provocar un desastres o una emergencia.

¿Ésto se pudo evitar?, tal vez sea la pregunta que nos podamos hacer, y creo que la respuesta es, sí. Recordemos un poco el trabajo de prevención que hicieron algunas instituciones en la región Puno, entre ellas el Centro de Estudios y Prevención de Desastres-Predes.

Todavía en el periodo del polémico presidente regional, David Jiménez Sardón se formuló el Plan Regional de Prevención y Atención de Desastres al 2010; sin embargo éste no logró aprobarse por el entonces consejo regional, dizque por el recargado trabajo que tenían.

Ya en el periodo del actual presidente, Hernán Fuentes, se le planteó la aprobación del referido plan, pero al parecer tampoco tuvo eco, con solo precisarles que el documento fue entregado a los consejeros, a fin de que lo lean y puedan dar sus aportes respecto a las provincias que representaban, pero éste recibió sugerencias vagas y hasta absurdas, aquello como que estaba mal escrito el nombre de su presidente o de tal y cual localidad.

Este Plan Regional de Prevención y Atención de Desastres, sin duda es un documento de gestión que les ayudará a que el gobierno regional y los gobiernos locales, así como las instituciones públicas y privadas realicen acciones encaminadas a la prevención, mitigación, preparación y respuesta frente a los eventos peligrosos, cosa que al parecer nunca fue tomada en cuenta por los directos responsables.

A mediados del 2008, esta misma institución de desarrollo, formuló el Plan de Operaciones de Emergencia Regional (POER), el mismo que debió ser aprobado por el consejo regional. La tarea para esta aprobación se la encomendó a la Subgerencia de Defensa Civil, pero según tengo entendido no hubo un avance favorable.

El POER, es un documento de aplicación a corto plazo que sirve para la preparación y respuesta ante desastres o emergencias.

En este plan se identificaron todos los peligros, ya sean de origen natural, socionatural o antrópico; sin embargo las autoridades correspondientes (Dirección Regional de Energía y Minas) no habría presentado o caso contrario identificado a tiempo los peligros que existían a causa de las minas como el de Winchumayo en el distrito de Ayapata.

La provincia de Carabaya donde sucedió la tragedia, desde los primeros meses del 2008, cuenta con un Plan de Operaciones de Emergencia (POE) formulado nuevamente por Predes en talleres participativo. La ausencia de las autoridades no ha sido un tema aparte, de los 10 distritos con que cuenta la provincia sólo asistieron a las distintas capacitaciones el 50 por ciento.

Planes aplicados e implementados
De qué sirve tener un POE sino lo socializan con los sectores respectivos y la propia población. Además que las municipalidades o el propio gobierno regional no destina presupuesto para este tipo de acciones, ellos creen que la Defensa Civil es sólo atender a los damnificados, buscar cadáveres o hacer alguna acción paliativa de momento. Pero esto va mucho más allá, en la prevención, es decir, no generar nuevas condiciones de vulnerabilidad o exposición de la población ante el peligro (Planes de Usos de Suelo, Planes de Ordenamiento Territorial, designar dineros en el presupuesto participativo para la construcción de infraestructuras que eviten daños a la población frente a los eventos peligrosos, etc.).

Asimismo, preparar adecuada y oportunamente a la población para que pueda reaccionar ante los eventos peligros ya sean de origen natural, antrópico o socionatural como lo sucedido en Ayapata.

Que se entienda que la gestión del riesgo de desastres debe ser un proceso integral y transversal al desarrollo social. Que se entienda también, que los desastres no son naturales, son simplemente consecuencias que devienen de un mal desarrollo provocado por el mismo hombre.

No olvidemos que el peligro natural existe, pero quien genera vulnerabilidad es la gente, la población. Un huayco no seria desastre si la población dejaría de asentarse en el lecho de éste o muy cerca de su cause.

Advirtieron
El Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet), en setiembre del 2006 presentó un compendio (información estadística, mapas, imágenes satelitales, entre otros) sobre el estudio geológico, geodinámico y ambiental, que sitúa a Puno a nivel nacional como la cuarta región con peligros latentes en 28 sectores críticos.


El mismo presidente del consejo directivo del Ingemmet, Víctor Lay Biancardi, en el auditórium del gobierno regional de Puno, exhortó, indicando: “...este libro debe servir como guía para que las autoridades realicen obras de prevención...”.

El mencionado estudio advierte que las provincias con alto grado de vulnerabilidad son: Melgar, Azángaro, Carabaya, Lampa, Sandia y Huancané que deben tener una pronta respuesta de sus autoridades.

Ahora sólo queda tomar más en serio la gestión del riesgo de desastres.


Héctor Chambi Holguín