martes, 24 de junio de 2008

Los comunicadores que salvarán al mundo

“La generación que será testigo de sus efectos ya está viva, y tiene menos de 33 años. Ésta representa el 64% de la población actual, y sufrirá las consecuencias en los próximos 42 años (2008-2050)”, así de duros serán los estragos que ocasionarán los efectos del Cambio Climático, y en el cual esta inmersa toda la población mundial para hacer algo por reducir sus consecuencias.
Aquí los comunicadores (me incluyo) cumplimos un rol importante, primero el de estar informados correctamente y saber utilizar con oportunidad y tino las herramientas comunicacionales que pueden contribuir a que la población sea conciente que si no comienza a hacer algo al respecto, quizá su reacción más adelante sea en vano.
Creo necesario seguir citando los datos que ha considerado la Secretaria General de la Comunidad Andina en su informe denominado El Cambio Climático no tiene fronteras, publicado en mayo del presente año, donde en parte de su documento de 37 páginas, enfatiza datos que debe preocuparnos para hacer algo al respecto: “Al 2025, el daño económico en los países de la Comunidad Andina significaría una pérdida aproximada de 30.000 millones de dólares anuales, equivalentes al 4.5% de su PBI, pudiendo comprometer el potencial de desarrollo de todos los países de la subregión”.
Asimismo, aclara: “Los verdaderos culpables del Cambio Climático son nuestros hábitos más cotidianos y las políticas sin visión de futuro, regidas primordialmente por intereses económicos. Desde los orígenes de la humanidad hasta mediados del siglo XX la población de la Tierra alcanzó 2.5 mil millones de habitantes. Pero durante los últimos 50 años, la población mundial se ha incrementado a 6.5 mil millones que presionan por obtener niveles de vida y de consumo similar a los que disfrutan los países desarrollados (…) la presión demográfica será mucho mayor, ya que se proyecta para el año 2050 una población mundial de 8.9 mil millones de habitantes”.
Si le damos una chequeada a los medios impresos, los canales de televisión de señal abierta y a las emisoras radiales, nos daremos cuenta que al tema que otros países le dan importancia, nosotros lo dejamos de lado, prefiriendo abordar noticias o programas que den más rating o rédito económico.
Pero podemos colegir que tratar a medias estas informaciones no es enteramente nuestra culpa. Lo que sucede es que los canales de interrelación entre los comunicadores y los generadores de las investigaciones vinculados al Cambio Climático, prevención de desastres o sobre el calentamiento global, es muy débil. Adicional a esta barrera comunicacional, se evidencia la frágil preparación del comunicador para afrontar el tema, viéndose en mucho de los casos, que cuando llega la información a sus manos, solo atinan a publicarla (si lo ve noticiosa), sin ni siquiera hacerle una comparación o relación con su entorno local. No olvidemos que una buena información periodística es aquella que tiene un seguimiento y desenlace final. La noticia no termina mientras no se haya llegado a forma opinión pública que reaccione frente a lo informado.
De ahí parte la necesidad urgente de que en cada escuela de comunicación social, ya sea de universidades nacionales o privadas, se comience a formar a comunicadores especializados en la gestión del riesgo de desastres, donde está inmerso el Calentamiento Global y todo lo que se devienen de ellos.
Que se formen profesionales que primero sean conscientes del problema que vive el mundo entero y cuáles serán sus repercusiones a corto y mediano plazo; y que luego a través de múltiples herramientas de comunicación sepan como hacer que la población reconozca, entienda y valore que el entorno natural donde vivimos es lo único que tenemos, y que sino hacemos algo por salvarlo, sucumbiremos junto a él.Tengo entendido que en otros países como Colombia y el Brasil, por solo citar América Latina, se ha tomado la decisión de fomentar esta especialización. Esperemos que en nuestro país suceda lo mismo, porque la CAN en este mismo informe hace mención de la acelerada deglaciación de nuestros Andes: “Durante los últimos 30-35 años, el área total de glaciares de los Andes Peruanos se redujo en 22%, y el área de glaciares menores hasta un 80%, provocando disminuciones del 12% en la disponibilidad de agua dulce en la zona costera, donde se ubica el 60% de la población”. No esperemos que estas cifras vayan en aumento. Que el periodismo y los dueños de los medios de comunicación comiencen o retomen su verdadera función para con la población, porque cuando sea demasiado tarde… ya no habrá mucho que hacer.

Héctor Chambi Holguín

domingo, 22 de junio de 2008

Las Brigadas Voluntarias de Defensa Civil

Una herramienta olvidada
En el Perú desde que se tiene registros en nuestra historia hemos evidenciado que la ocurrencia de diferentes eventos devastadores producidos por los fenómenos naturaleza potencialmente peligrosos y las actividades no controladas del hombre entre otras, ha puesto en peligro las vidas humanas, perdiéndose muchas de ellas, y es en estas circunstancias que la voluntad de sobrevivir y ayudar se pone de manifiesto dando como resultado valiosas muestras de opoyo solidario, dignas de reconocer. Es así que se forman grupos de voluntarios de los cuales tenemos ahora en la actualidad y entre ellos el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, La Sociedad de la Cruz Roja Peruana, las Brigadas Voluntarias de Defensa Civil, que tiene muchos años de creación Institucionalizando, viendose que se gestan dentro de un espíritu solidario.
Estos grupos de voluntarios, describiré desde un punto de vista personal a las Brigadas Voluntarias de Defensa Civil. Según una de las definiciones para este tipo de organizaciones se denomina “Grupo de voluntarios de una comunidad constituido bajo un comando para apoyar a los Comités de Defensa Civil antes, durante y después de la ocurrencia de una emergencia o un desastre”, pues es bajo ese concepto que tiene su origen a fines de los años 70 (1978) en la ciudad de Tacna el primer grupo denominado Cuerpo de Voluntarios de Defensa Civil, ya en la década de los 80 en distrito de Chosica (Lima) se creo la Brigada de Defensa Civil llamada "Delta Delta", tanto esta como las otras posteriomente creadas se han visto desactivadas a la fecha, por falta de apoyo del sector correspondiente (alcaldes).
Entre tanto en los años 90 en la ciudad de Puno, se formó la Brigada de Defensa Civil del Comité Regional de Defensa Civil (1992), albergando a muchos jóvenes y adultos de ambos sexos que a través de la modalidad de Servicio Militar Obligatorio (dispuesrto por Ley durante dos años), vieron la mejor forma de brindar su apoyo, con tiempo sufiente para dedicarlo a otras actividades como el estudio.
La formación de brigadas en ese entonces era integral, pues se formaba personas con conocimientos y perseverancia dentro de la tan ahora tan usada Cultura de Prevención, dejando así marcada a varias generaciones que en la actualidad usan estos conocimientos en su vida diaria. Pero en los inicios de esta organización, la presencia militar fue determinante en todas las actividades, sembrando en los jóvenes voluntarios valores cívicos y morales como la disciplina, respeto, responsabilidad entre otras que fueron las que surcaron la conducta de esta organización frente a la población.
Este grupo de brigadistas tuvo una vigencia de 8 años, llegando a convocar más cerca de 350 voluntarios, preparados para enfrentar los desastres. A inicios de 1998 por razones políticas, este grupo fue sumido en el abandono, es así que a principios de 1999 la brigada dejó de funcionar como parte medular de la Defensa Civil del Comité Regional de Puno, para pasar a formar la novísima Brigada Operativa del INDECI, Sub Región – Puno, el mismo que solo tuvo una vigencia de 5 años. Su desactivación fue por disposición del INDECI a inicios del 2004. Se puede considerar que esta ha sido la única Brigada Operativa que desde sus inicios en los 90, duró 11 años al servicio de la población.
Actualmente no se tiene información que exista un grupo activo con estas características, pues ahí radica uno de los problemas más grandes que afronta es la falta de personas que puedan organizar, activar, entrenar y conducirre a estos grupos.
Se sabe que el INDECI del 2000 al 2003 ha invertido miles de soles en capacitar y formar Brigadas de Defensa Civil en las Municipalidades a Nivel Nacional, teniendo como resultado Comités de Defensa Civil que contaban con este apoyo, pero al cambiar de gestión edil muchos de ellos fueron olvidados y en algunos casos desactivados por ser considerados oposición a la nueva gestión edil. En la actualidad los que aún están operativos son manejados políticamente, desluciendo así el verdadero sentido del voluntariado que más que un servicio, es un sentimiento.
Los problemas más comunes que afrontan estos voluntarios, es la deserción de miembros, la falta de equipamiento, entrenamiento y de una directiva adecuada que pueda regir un funcionamiento dentro los estándares.
Asimismo, falta incentivos (no pecuniarios) que estimulen un buen desempeño, existe una marcada ausencia de capacitación en temas relacionados al accionar en Defensa Civil. Los miembros de los Comités de Defensa Civil dirigido por su alcalde como presidente de este Comité, deben darle mayor importancia a las brigadas.
Otra flaqueza es la promoción para fomentar esta forma de servicio. Para poder corregir estos problemas no hace falta ser ciegos, pues las soluciones están más cerca de lo que parece, ya que con el debido interés por parte de quienes corresponda sería un primer paso bien dado para activar o corregir esta organización voluntaria, que con toda autoridad puede ser una herramienta muy útil en casos de emergencias o desastres, valiéndose de algo muy especial que nos caracteriza como seres humanos, la solidaridad.
No olvidemos que el ser Brigadista es la forma más bella de amar a la Patria o dicho de otra forma un brigadista más significará un damnificado menos.
Bach. Wilfredo Zirena Mendoza